Por Rocío Duque
Maher Arar , ciudadano canadiense de origen sirio, tuvo la mala el idea en septiembre de 2002, de parar en un aeropuerto de Nueva York de regreso de sus vacaciones en Tunez. En el aeropuerto JFK fue detenido bajo sospecha de ser terrorista. De acuerdo al diario español “El País”:
“En inmigración, su nombre debió de encender alguna alarma. Según declaró al Parlamento Europeo en marzo pasado, fue interrogado sobre Abdullah Almalki, un sirio detenido en EE UU. Arar replicó que era amigo del hermano de Almalki y pidió un abogado. Le fue denegado porque "no era ciudadano americano". (El País, Madrid, 25-6-06 , por Ernesto Ekaizer, Walter Oppenheimer, Cecilia Fleta, Vanessa Lerín y Rafael Méndez)
En octubre de ese año, Arar fue enviado a Siria donde fue encarcelado y torturado por 10 meses y7 10 días: “Arar sostiene que cada cierto tiempo era golpeado. El 23 de octubre de 2002, los guardias le asearon para recibir al cónsul de Canadá. En agosto confesó -él insiste en que bajo tortura- que había ido a un campamento en Afganistán para terroristas. Arar fue liberado el 5 de octubre de 2003.”
Arar fue enviado a ser torturado bajo la ley de “rendición extraordinaria” , una de las leyes impuestas por el gobierno estadounidense en su “lucha contra el terrorismo” .
“ Este es uno de los grandes eufemismos de nuestro tiempo. Rendición extraordinaria es el nombre que se le ha dado a la política de detener individuos sin el más ligero asomo de proceso legal y enviados fuera para ser interrogados por regímenes conocidos por practicar la tortura, En términos de mala conducta esto está mano a mano con asesinatos por contrato.
Nuestros esbirros en lugares como Siria, Egipto, Marruecos, Uzbekistán y Jordania torturan a sospechosos de terrorismo en favor de una nación – los Estados Unidos – que acaba de pasar por una elección en la que el asunto de los valores morales se supone fue decisivo. Como es que en el mundo nos hemos convertido en un país en que el matrimonio gay es considerado una abominación, pero la tortura está bien? “ (Febrero 11, 2005, Torture, American Style
por BOB HERBERT, New York Times)
Ayer, jueves 18 de 2007, 5 años después de que Arar iniciara su horrible aventura, algunos legisladores estadounidenses se disculparon con él. Pero la republicana Dana Rohrabacher , después de disculparse, aclaró que: “...Sí, debemos estar avergonzados por lo que pasó, pero es excusa para terminar un programa que ha protegido las vidas de cientos de miles , si no es que millones, de americanos" (http://www.cbc.ca/canada/ottawa/story/2007/10/18/arar.html?ref=rss)
O sea, sí, pero ni modo.
En enero el primer ministro de Canadá también se disculpó y anunció que Arar recibirá una compensación de 12.5 millones de dólares.
Habrá compensación por parte de Washingtong? Lo dudo, porque eso sentaría un precedente para los cientos de casos que, espero, saldrán a la luz algún día.
Por supuesto, Arar nada tenía que ver con terrorismo. Cuántos como él hay perdidos en esos “hoyos negros” que el gobierno estadounidense ha abierto a lo largo y ancho del mundo? Nadie lo sabe, pero es claro que Guantánamo es sólo la punta del iceberg.
Un día antes de la pública disculpa de los legisladores (y nada más) y unos días después del escándalo de la masacre de civiles por los mercenarios de Blackwater, el presidente de los Estados Unidos dio una conferencia de prensa para decir...oh, sí! lo mismo de siempre y culpar al Congreso de todo lo que va mal. Un poco antes había anunciado su candidato para reemplazar a Alberto González como procurador general.
En la conferencia le preguntaron sobre ese asunto de la tortura (sí, ya sabemos “nosotros no torturamos”) aquí, unas de las preguntas:
Pregunta: Gracias , señor, una pregunta simple.
El presidente: Sí. Probablemente requiera un respuesta simple.
P: Cuál es su definición de la palabra 'tortura'?
El presidente: De qué?
P: la palabra 'tortura', Cuál es su definición ?
El presidente: Como se define en la ley de los Estados Unidos y nosotros no torturamos.
P: Puede darme su versión, señor?
El presidente: Lo que la ley diga. “
El mismo jueves en que los legisladores se disculparon, Michael B. Mukasey, el nominado por Bush para ocupar el puesto de procurador general, fue interrogado (sin tortura , al parecer) por el Comité Judicial del Senado.
Ese día, Murkasey declinó contestar a las preguntas que se le hicieron sobre “técnicas de interrogación duras”, como ahora le llaman ahora a la tortura , tales como “waterboarding”, que en México conocemos como “pocito”, “técnica” en la cual se sumerge al “sospechoso” en agua hasta casi ahogarlo.
Durante el segundo día de la audiencia para confirmarlo, Mukasey , presionado por algunos demócratas, sugirió que los programas de la administración sobre espionaje sin previa orden judicial y las “técnicas de interrogatorio mejoradas” ("enhanced" interrogation techniques) , incluído “el pocito” para sospechosos de terrorismo serían aceptables bajo la constitución, aún si van más allá de lo que la ley técnicamente permite, ya que la autoridad del presidente como Comandante en Jefe le permite suspender las leyes escritas por el congreso.
Y, señores, yo agrego, mejor pongan sus barbas a remojar, aunque, bien mirado, quizás alguien más se las ponga a remojar...en un pocito.
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